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La importancia de los seguros de vida sobre las personas viene dada por el alto nivel de “protección” que proporciona tanto hacia el propio interesado (casos de invalidez absoluta y permanente), como hacia las personas/familia/socios/entidades financieras, que pueden verse afectadas económicamente por el fallecimiento del Asegurado en la póliza (es dinero inmediato para el beneficiario).

No se ampara la invalidez parcial que pueda sufrir el asegurado.

Pueden contratarse por un período de tiempo determinado, o irse renovando automáticamente cada anualidad: costes en función edad de asegurado, profesión y estado salud, así como del capital asegurado: para personas entre 14 y 65/70 años.

Hay varios tipos en función del riesgo que se necesite “cubrir”:

  • Vida Riesgo: para asegurar fallecimiento e invalidez absoluta y permanente.
  • Vida Ahorro/Jubilación: para conseguir un ahorro a futuro, con rentabilidades mínimas garantizadas, y posibilidades de rescate, anticipo y reducción. Tienen diversas aplicaciones: propias de ahorro, estudios de hijos, etc…
  • Vida Inversión: seguros para “inversiones a medio-largo plazo”, con rentabilidades atractivas garantizadas: son seguros de “prima única” con cobertura en caso de fallecimiento: se garantiza un capital a vencimiento prefijado.

Las primas de estos seguros actualmente no tienen desgravación fiscal.